Espiga Pinto

50 Años de Grabado y Serigrafía

Dic. 13, 2008 - Ene. 17, 2009
Sede central de CPS

En el Centro Portugués de Serigrafía en Lisboa (Rua dos Industriais, nº 6) habrá Inaugurada del 13 de diciembre al 18 de enero de 2009, una exposición antológica de la obra gráfica de Espiga que resume alrededor de 50 años de su obra, entre linóleos, xilografías, litografías y serigrafías sobre papel y tela. Del realismo de sus inicios, el artista evoluciona hacia un simbolismo poético cuyos principales protagonistas son el caballo, símbolo solar y cósmico, el toro plétora y telérico, la mujer en la dulzura de las variaciones musicales de lo femenino y una naturaleza cómplice. en la belleza de este universo que hoy es nuestro. dado a apreciar en el luminoso esplendor de sus metamorfosis. Sobre la obra de Espiga, escribe Rocha de Sousa, profesora y pintora de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Lisboa: "La inquietud y los cambios experimentales de Espiga se han traducido, en sus últimas fases, en la necesidad de investigar la génesis del mundo". , siempre reinventándose. La iconografía lejana, gráfica y emblemática cedió la rueda (o el círculo) a una suerte de reflexión sobre los organismos con connotación cósmica. Hay Hay todavía una cierta ornamentalidad en las inmensas cartografías inscritas en los arcos circulares de la geometría, o en esta idea redonda, bidimensional, que parece integrar, en planos anulares, algunas marcas de la primera religiosidad, símbolos posteriores, la anunciación del Hombre. al mundo. buscando tu lugar en el Universo. El autor explora la forma de las conchas naturales, moluscos perdidos, para resaltar su estructura radial, nuevamente pegada a la concha. Imagen del círculo, conchas extendidas, cúpulas de cuando la Tierra parecía plana, inmóvil, las constelaciones alrededor. Luego aparecieron figuras en el cielo, caballos alados, palomas con las alas en abanico, manos humanas como si giraran los controles con la punta de los dedos. su escala, hecha a medida; Imagen y semejanza de las cosmologías antiguas y contemporáneas. En su rigurosa presencia en negros, estrellas o esferas metálicas de todo asa, dan a la imaginación una voluntad eterna contra sus límites de la finitud humana, desvelando la geometría secreta que conecta los puntos cardinales entre galaxias, lugares en definitiva intangibles donde sólo la mente, de manera precaria, puede sugerir (ante todas las presencias y ausencias) la idea de viajes, migraciones sin retorno. De aquí, entre oscuras alquimias, resulta una especie de proyecto propio del mundo. trascendencia que envuelve al hombre todavía rehén de la mística, un poeta seguro de que sus versos pictóricos pueden poblar, entre signos de lo absoluto, esta meditación indirecta sobre el misterio de nuestra existencia, es decir, de una pincelada fina, por la muerte.”